El aumento de los residuos urbanos en Portugal y en el mundo supone un reto para la sostenibilidad medioambiental. En 2023, según datos de la Agencia Portuguesa do Ambiente (APA), se generaron más de 5,3 millones de toneladas de residuos urbanos en el país, una parte significativa de los cuales todavía se destina a vertederos (59 %), incineración (21 %) y otras formas menos sostenibles de gestión.

¡La necesidad de reducir este desperdicio es cada vez más urgente!

Sin embargo, avanzar en el sector del reciclaje requiere no solo políticas e infraestructuras adecuadas, sino también una fuerte inversión en tecnología y en la sensibilización de los ciudadanos.

Según datos oficiales de la APA, se observa que, aunque la tasa de reciclaje ha aumentado en las últimas dos décadas, el volumen de residuos destinados a vertederos sigue siendo elevado. En 2002, alrededor de 3,2 millones de toneladas fueron a parar al vertedero (70 %); en 2020, esa cifra se redujo a 2,9 millones de toneladas (58 %), lo que supone un avance, pero aún así está por debajo del nivel ideal y se ha observado incluso un retroceso hasta el 59 % en 2023. Teniendo en cuenta el objetivo europeo de reducir a menos del 10 % el total de residuos destinados a vertederos antes de 2035, estos datos son preocupantes.

Sin embargo, el reciclaje sigue siendo solo una pequeña parte del proceso total de gestión de residuos. Por ello, buscamos explorar las posibles transformaciones en el reciclaje en Portugal impulsadas por la tecnología y la sensibilización medioambiental.

En 2024, Sotkon patrocinó una encuesta realizada por Intercampus con 602 participantes, que reveló que la población está preocupada por el impacto medioambiental, pero que aún se enfrenta a desafíos para reciclar. La recogida selectiva y la accesibilidad a los contenedores de reciclaje son algunos de los obstáculos mencionados, lo que indica que un cambio significativo depende de la implementación de nuevas políticas.

Esta encuesta ofrece una visión detallada de las actitudes y hábitos de los portugueses con relación al reciclaje. Alrededor del 90 % de los encuestados cree en la importancia del reciclaje, pero solo alrededor del 70 % afirma practicarlo regularmente. Entre los principales retos señalados se encuentran la falta de puntos de reciclaje y la necesidad de incentivos (especialmente económicos).

El informe también llega a otras conclusiones que pueden indicar el camino a seguir en el futuro, especialmente en la aplicación de los conceptos PAYT (Pay As You Throw), SAYT (Save As You Throw) y RAYT (Reward As You Throw). En concreto, la mayoría de los encuestados apoya una factura basada en la cantidad de residuos depositados y cree que su reciclaje aumentaría si ello contribuyera a reducir dicha factura.

Así pues, nos damos cuenta de que la transformación del reciclaje en Portugal puede beneficiarse enormemente de los avances tecnológicos. La aplicación de tecnologías como la inteligencia artificial (IA), el Internet de las cosas (IoT) y la visión computerizada tiene el potencial de revolucionar la eficiencia de la gestión de residuos.

La IA puede integrarse en los centros de reciclaje para automatizar la clasificación de residuos. Con algoritmos de visión computerizada, es posible identificar materiales reciclables con precisión y rapidez, separando plástico, papel, metal y vidrio automáticamente.

El IoT, por su parte, permite instalar sensores en los contenedores que supervisan en tiempo real la cantidad y la calidad de los residuos, lo que permite una recogida más eficiente y reduce los costes operativos.

La tecnología de visión computerizada, una de las ramas de la IA, también puede utilizarse para identificar y clasificar residuos en tiempo real. Este sistema de monitorización, al integrarse en los contenedores, permite recompensar los hábitos correctos de deposición.

Sin embargo, la tecnología no será suficiente si no se produce un cambio en la mentalidad de los ciudadanos. Según la encuesta de Intercampus, muchos siguen creyendo que el reciclaje debe ser responsabilidad de las empresas y los gobiernos. La sensibilización medioambiental, desde la educación infantil hasta las campañas informativas para adultos, desempeña un papel crucial para promover una actitud más responsable. La introducción de aplicaciones para supervisar los propios hábitos de reciclaje puede ayudar a la población a comprender su impacto, ofreciendo recompensas en servicios públicos aquellos que reciclan más y con mayor frecuencia.

Las políticas PAYT, que cobran tasas en función del volumen de residuos no reciclables, pueden estimular una mayor participación en el reciclaje. Además de incentivar a los ciudadanos a reducir su impacto medioambiental, el sistema PAYT ofrece una forma justa de cobro, en la que quien produce menos residuos paga menos.

A pesar de las oportunidades tecnológicas, el futuro del reciclaje en Portugal se enfrenta con varios desafíos. El primero de ellos es el costo de implementación de estas innovaciones. Las tecnologías mencionadas requieren una inversión considerable. Además, las regiones rurales y menos pobladas pueden encontrar dificultades adicionales para justificar tales inversiones debido a la menor generación de residuos, lo que exige políticas que garanticen la igualdad de acceso.

Otro reto es la falta de infraestructura adecuada. Como se señala en los datos oficiales, algunas regiones siguen dependiendo de los vertederos como principal forma de gestión de residuos, y la recogida selectiva no es totalmente accesible para todos los municipios. Esta situación supone un obstáculo para políticas como el PAYT, que requieren una recogida diferenciada y tecnologías para controlar el volumen de residuos.

La encuesta patrocinada por Sotkon también revela la percepción de que reciclar no reporta beneficios económicos directos a las familias. Muchos de los encuestados mencionan la falta de incentivos como un factor desmotivador. Para aumentar la participación, sería interesante implementar programas de beneficios para aquellos que demuestren reducir sus residuos mediante el reciclaje, algo que ya es una realidad en algunas ciudades de Europa.

Países como España, Francia, Croacia, Grecia y Georgia utilizan contenedores soterrados combinados con soluciones inteligentes Sotkon, basadas en IA e IoT, lo que ha generado resultados positivos y ha contribuido significativamente a la gestión eficiente de los residuos.

Sabemos, por tanto, que el futuro del reciclaje en Portugal depende de una combinación de tecnología, políticas eficaces y educación medioambiental. La aplicación de tecnologías emergentes puede hacer que el proceso de reciclaje sea más eficiente, pero es fundamental que estas innovaciones estén al alcance de toda la población. La política PAYT y las aplicaciones de seguimiento de hábitos ofrecen formas prácticas de fomentar la adhesión, pero es necesario implementar políticas de apoyo para garantizar una infraestructura adecuada en todas las regiones.

La sensibilización medioambiental debe comenzar en las escuelas y prolongarse durante toda la vida adulta. El reciclaje debe considerarse un compromiso con el futuro y un beneficio económico para los ciudadanos. La transición hacia una economía circular es uno de los objetivos más urgentes, y la participación activa de cada ciudadano es fundamental.

En resumen, el futuro del reciclaje en Portugal está en manos de una población que, equipada con tecnología e incentivada por políticas inclusivas, puede construir un futuro más sostenible, un planeta más limpio y una sociedad más consciente.

El reciclaje no debe considerarse una obligación, sino una oportunidad para marcar la diferencia.